Visualizzazione post con etichetta il santo Rosario. Mostra tutti i post
Visualizzazione post con etichetta il santo Rosario. Mostra tutti i post

lunedì 15 maggio 2023

El rosario: algunos indicios históricos y espirituales.

  


Los cartujos y el rosario.


I. La oración del rosario.
II. El rosario cartujo.
III. El rosario: algunos indicios históricos y espirituales.

III. El rosario: algunos indicios históricos y espirituales.


Nos encontramos a finales de la Edad Media en Renania, región que se caracteriza por un fuerte movimiento de resurgimiento evangélico llevado a cabo –entre otras personas- por la prédica de Juan Taulero, así como por los escritos místicos del maestro Eckhart y de Enrique Suso. La Iglesia atraviesa por la crisis del Gran Cisma (1370-1417) mientras que Francia e Inglaterra contienden una guerra que durará cien años (1339-1453). En este panorama de intenso contraste, de fervor y de grandes aflicciones, las almas sienten la necesidad de interiorizar y de personalizar al máximo el evangelio. El apego y la devoción a Cristo y a su santa Madre se vuelven entonces muy importantes. Los cristianos, hombres y mujeres, religiosos y laicos, buscan una religión del corazón en la que la humanidad de Cristo se halle en el centro. Es en este contexto que aparecerán los primeros indicios de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que se desarrollará más plenamente algunos siglos después.  

Volviendo al tiempo de la Cartuja de san Albano de Trèves (1398), un joven llamado Adolfo de Essen será el autor del primer escrito que recomiende el rezo de cincuenta Ave Maria sostenidos por la meditación en el nacimiento y vida de Jesús. Esta forma de oración repetitiva, que ayudó y sostuvo a la devoción del corazón, es conocida en todo lugar en donde se busca una oración a Dios que sea continua. Los Salmos se expresan de esta manera; y la “Oración de Jesús”, de los monjes del desierto, nació de esta misma necesidad de ayudar al corazón mediante una breve oración vocal que fuera repetida continuamente. Es en la época de Adolfo que se comenzó a practicar el primer rosario, en donde se decía el Ave Maria bajo su forma breve, deteniéndose en “y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”. Y nuestro autor deja bien en claro que esta oración no adquiere toda su belleza sino gracias a la meditación en la vida de Jesús; insistiendo, a la vez, en que durante tal meditación se evite toda fantasía o embellecimiento innecesario y que tienda a alejarnos del evangelio. Finalmente, recomienda encarecidamente que quien rece [este rosario] se esfuerce por conformar su vida según los misterios en los que ha meditado. Como vemos, se trata de una oración eminentemente personal a la vez que cálida y, sobre todo, en línea con el camino espiritual de los cartujos.

Hacia el final de si vida, Adolfo pudo testimoniar lo siguiente:

¡De ninguna manera podría ayudarme si Dios no se hubiese hecho hombre! No sabría dónde ni cómo buscar a Dios. Es por eso que aprecio tanto la naturaleza humana y la vida terrestre de Cristo. 

Y Adolfo no guardó para sí lo que había descubierto. Pues compartiría la gracia recibida mediante el rezo de su rosario con la duquesa Margarita de Baviera [-Straubing], joven mujer que estuvo a punto de perder su cordura debido a la difícil situación eclesial y política que le tocó vivir, así como por la infidelidad de su esposo [Juan I de Borgoña]. Apoyándose en el rezo del rosario, Margarita poco a poco recobró su fe; a tal punto que el duque Carlos II constató que “su esposa [de Juan] comenzó a adquirir una práctica tan espontánea, viva y perseverante del rosario, que apareció de pronto transformada y poseyendo de forma cada vez más perfecta las virtudes de la vida de Cristo”. Margarita misma, situada de esa manera en el camino de la sanación interior, comenzó a difundir la práctica del rosario entre los nobles de su corte y entre la sencilla gente que estaba a su servicio y en el de su marido. Su acción en favor del rosario fue, ciertamente, determinante y duradera.

Durante aquellos años entró a la cartuja de Trèves un joven estudiante: Domingo de Prusia. Estando física y psíquicamente exhausto debido a haber llevado una disipada vida, Domingo pensó que estaba cerca de su muerte. Su admisión se dio con dificultad; el monje encargado de acompañarlo tuvo duros momentos junto a él. El ya citado Adolfo, convertido entonces en prior, le hizo saber de su nueva manera de rezar y le dijo: “¡No existe un hombre tan corrompido que no logre una seria rectificación de su conducta tras rezar este rosario durante un año!”. Y efectivamente, Domingo llegó hasta a personalizar un poco más su rezo: a cada Ave Maria le añadió una frase de su cosecha que le recordaba un determinado momento de la vida de Jesús. Por ejemplo, al 9° Ave Maria le agregó: “a quien presentaste en el templo de Dios, su Padre”. Estas adiciones evangélicas, puestas por escrito, se difundieron luego a través de un millar de copias mientras Domingo todavía estaba vivo.    

Cuando la práctica de este rosario, que era muy personal, comenzó a ser más conocido en Baviera, Bélgica y el norte de Francia, se fueron formando grupos para rezarlo en común. De ahí provienen las cofradías del rosario, las cuales influenciarán profundamente la vida espiritual de los cristianos de fines de la Edad Media. Siempre en evolución constante, es en el seno de tales cofradías que el rosario gradualmente adquirió la forma que aun en la actualidad conocemos: al igual que los 150 Salmos, se rezan 150 Ave Maria (agrupados en decenas), en medio de los cuales se recuerdan los 15 misterios en total, que son los gozosos, dolorosos y gloriosos.

La leyenda que atribuye el nacimiento del rosario al fundador de la Orden de los Predicadores, se basa en una confusión entre Domingo de Prusia y santo Domingo de Guzmán; y la misma no aparece sino hasta 1460.

Si el Santo Padre [Juan Pablo II] recomienda con firmeza que los cristianos de nuestros tiempos recen el rosario, es porque esta forma de oración nos prepara gradualmente para leer y meditar el evangelio con los ojos y el corazón de María, quien obtiene su más grandioso placer cuando conduce a sus hijos a un conocimiento cada vez más profundo de Jesús.

giovedì 4 agosto 2022

SAN DOMENICO

 

San Domenico da Guzman e la consegna del rosario

San Domenico da Guzman e la consegna del rosario

San Domenico da Guzman, il santo innamorato di Cristo, visse la propria vita dividendosi tra predicazione e preghiera. Fiero oppositore dell’eresia, ricevette dalla Vergine Maria il Rosario come arma di preghiera e predicazione.



Tenero come una mamma, forte come un diamante. Così Jean-Baptiste Henri Lacordaire, restauratore dell’ordine domenicano in Francia dopo la Rivoluzione, uno dei massimi esponenti del cattolicesimo liberale ottocentesco, definì San Domenico da Guzman, il padre fondatore dei frati domenicani.

E davvero questo santo doveva essere un uomo singolare, dotato di grande fascino, geniale e ardente di un amore e uno vigore spirituale degni di un apostolo. Fu sempre proteso con il più tenero amore verso i suoi confratelli, quei Domenicani che lui volle fondare, per riunire intorno a sé altri che come lui amassero Cristo e desiderassero sopra ogni cosa vivere nella Sua contemplazione.
Allo stesso tempo, però, fu un fiero paladino della Parola tra gli eretici, che cercò sempre di convertire con dibattiti e persuasione, in un tempo in cui ricorrere alla violenza e alla tortura era costume comune.

Ma ciò che muoveva San Domenico da Guzman era l’amore, la passione. Sempre Padre Lacordaire dirà dei primi domenicani che erano anime appassionate, che “Amavano Dio, lo amavano veramente. Amavano il prossimo più di se stessi.” Armati di questo amore, di questo entusiasmo, i frati bianchi, dal colore della veste, di San Domenico, sciamarono per tutta l’Europa, per predicare la Verità.

Un altro tratto fondamentale dei domenicani, e del loro fondatore prima di tutto, fu la devozione straordinaria alla Madonna. Maria Vergine in persona apparve a San Domenico indicandogli il Santo Rosario come l’arma più efficace contro le eresie dei Catari e degli Albigesi. Ancora nessuna violenza, nessuna prevaricazione, ma la preghiera più cara alla Madre del Salvatore, come strumento di fede e conversione.

Conosciamo meglio questo santo straordinario e il suo legame unico e speciale con Santo Rosario.

La storia del santo

San Domenico de Guzman nacque nel 1170 a Caleruega, tra le montagne della Vecchia Castiglia, in Spagna. Non si sa molto della sua giovinezza, se non che fu istruito alle arti liberali e alla teologia. Dimostrò fin da giovanissimo una grande pietà, tanto che turbato dalla miseria a cui guerre e carestie avevano condannato molte persone, vendette tutti i propri beni, perfino libri e pergamene, per aiutare i poveri. Si dice fosse un giovane molto bello, con mani lunghe ed eleganti e una voce musicale e forte, e che ispirasse simpatia e serenità. Era questo il primo tratto che conquistava chi veniva in contatto con lui.

Dopo gli studi, venne ordinato sacerdote ed entrò tra i canonici regolari della cattedrale di Osma.

Ben presto seppe farsi notare dai superiori, e nel 1203 il vescovo di Osma Diego di Acebes lo volle con sé per una missione diplomatica della massima importanza e delicatezza in Danimarca. Così, tra i cristiani nordici e gli eretici catari del nord della Francia, il giovane scoprì la propria vocazione di missionario. Insieme al vescovo e amico Diego andò fino a Roma, per chiedere al Papa la licenza di potersi dedicare all’evangelizzazione dei pagani dell’Europa Nord Orientale.
Il Pontefice intuì le potenzialità di quel solerte ed entusiasta apostolo della Parola di Cristo, e decise di impiegare le sue doti di predicatore nella Linguadoca, minacciata dall’eresia catara.

San Domenico dimostrò un approccio nuovo all’eresia. Cercò di comprendere le ragioni degli eretici, il loro pensiero, e abbracciò per certi versi il loro stile di vita rigoroso e austero, che tanto alimentava la loro popolarità presso le classi più povere, soprattutto paragonato ai fasti e agli eccessi di alcuni alti prelati cattolici.

Il suo apostolato si distinse anche per il suo metodo di predicazione, basato su dibattiti pubblici e colloqui personali, discorsi appassionati, opere di persuasione, a cui affiancava sempre anche preghiera e penitenza.  Divenuto predicatore ufficiale della diocesi di Tolosa, iniziò ad accarezzare la possibilità di raccogliere intorno a sé un gruppo di giovani altrettanto entusiasti e appassionati, per portare avanti la Predicazione in modo stabile e organizzato.

Per prime San Domenico raccolse le donne che avevano abbandonato il catarismo, formando una comunità di domenicane dedite alla vita contemplativa, ma anche alla “santa Predicazione”, in quanto le loro preghiere sarebbero di lì a poco servite per sostenere e dare forza ai loro fratelli predicatori.

Anche gli uomini si unirono a lui, nonostante lo stile di vita austero e rigoroso rendesse difficile seguire i suoi ideali, e fu così che l’Ordine dei predicatori ebbe origine. L’Ordine, approvato di Papa Innocenzo III nel 1216 prenderà il nome di “Ordine dei Frati Predicatori”. Alla base dell’Ordine vengono posti: predicazione, studio, povertà, vita comune, spedizioni missionarie.

I Frati Predicatori cominciarono ben presto a viaggiare attraverso l’Europa, predicando, ma partecipando anche alla vita culturale e teologica, soprattutto nelle grandi città universitarie, come Parigi e Bologna,

San Domenico de Guzman morirà a Bologna il 6 agosto 1221, circondato dall’amore dei suoi fratelli. Verrà canonizzato nel 1234.

La consegna del Rosario da parte della Vergine Maria

Abbiamo già accennato alla devozione mariana di San Domenico da Guzman e all’apparizione della Vergine di cui sarebbe stato protagonista. A quel tempo il Santo viveva a Tolosa, e si affannava per trovare un modo per combattere l’eresia degli albigesi senza dover ricorrere alla violenza. Alano della Rupe, un altro domenicano divenuto famoso per la sua particolare devozione al Rosario, ci racconta che durante la predicazione il Santo venne rapito dai pirati che lo trassero sulla loro nave.

La stessa nave venne travolta da una tempesta, e fu allora che la Vergine si manifestò a Domenico, indicandogli il Santo Rosario come unica salvezza dal naufragio e dalla morte di tutti loro. Il Santo comunicò ai pirati quel monito, essi accettarono, e subito la furia del mare si placò. I pirati furono i primi membri Confraternita del Rosario, la dimora di Maria Vergine sulla terra.

La morale di questa storia è chiara. Per volontà della Madonna, il Rosario non era più solo uno strumento di salvezza personale, ma un’arma di preghiera comunitaria.

“Se essi accoglieranno questo ultimo Rifugio di Misericordia del mio Rosario, non saranno ingoiati dalle acque e dall’inferno!” Così la Madonna avrebbe detto a San Domenico, sempre secondo Alano, ed è chiaro che questo monito non riguarda solo i pirati, e non si riferisce unicamente all’episodio del naufragio. Per il giovane Santo impegnato a combattere l’eresia Catara apparve evidente fin da subito che la via del Rosario gli era stata mostrata dalla Vergine per combattere i nemici della Chiesa e gli eretici con l’arma più forte ed efficacie possibile.

Fu in seguito all’esperienza mistica di San Domenico che il Rosario acquistò la forma che ancora oggi conosciamo e pratichiamo, col ruolo di Maria Vergine centrale e il movimento circolare che esprime il percorso spirituale del fedele, il suo muoversi progressivamente verso Dio. Con San Domenico e il suo Ordine di frati predicatori il Rosario diviene uno strumento di meditazione e preghiera personale e comunitaria, ma anche un mezzo per la predicazione.

Le origini dell’ordine domenicano

L’Ordine dei Frati Predicatori nacque dagli uomini raccolti intorno a San Domenico da Guzman durante il suo apostolato in Linguadoca.

Nel 1216 il papato siglò l’approvazione ufficiale e definitiva alla fondazione dell’Ordine. Dopo un inizio difficile, dovuto all’ostilità del clero locale e alla diffidenza verso il neonato Ordine, i domenicani iniziarono ad essere ben accolti e apprezzati ovunque. Sebbene essi vivessero di elemosina, molti ricevevano cospicue donazioni da sostenitori e simpatizzanti.

Nel 1218 una bolla papale decretò che tutti i prelati fornissero assistenza ai predicatori domenicani.

Nel 1220 e nel 1221 a Bologna si tennero i primi due Capitoli Generali nel corso dei quali venne redatta la Magna Charta dell’ordine.
Secondo quest’ultima i frati domenicani dovevano basare il proprio percorso di vita e fede su: predicazionestudio – che doveva esercitasi di giorno e di notte -, povertàvita in comuneviaggi e spedizioni missionarie.

Ancora oggi i Domenicani vivono quotidianamente la propria ricerca della verità e dell’intimità con Gesù. Il Rosario rimane uno dei maggiori strumenti di fede e ricerca meditativa, così come l’amore per la Vergine Maria.

Il Movimento Domenicano del Rosario, o Confraternita del Santo Rosario, seguita da secoli a accogliere chiunque voglia conoscere meglio e imparare a praticare questa forma di devozione. Il Movimento organizza occasioni di preghiera comune e incontro, pellegrinaggi in santuari e convegni finalizzati alla riflessione sui misteri del Santo Rosario.


Lettura 

Domenico, nato a Caleruega nella Spagna, dalla nobile famiglia dei Guzmàn e dedicatosi allo studio della letteratura, fu dapprima canonico della chiesa di Osma e in seguito fondò l'ordine dei frati Predicatori. Il suo ingegno e la sua virtù si segnalarono soprattutto nel combattere gli eretici, che cercavano di pervertire i Tolosani. Venuto a Roma, chiese al pontefice Innocenzo III l'approvazione e la conferma del suo ordine, approvazione che ottenne dal suo successore Onorio III. Mentre dappertutto per opera sua numerosissime persone regolavano la loro vita secondo la religione e la pietà, a Bologna, nell'anno 1221, dopo aver lasciato ai suoi alunni, come certo patrimonio, la carità, l'umiltà e la povertà, dicendo le parole: «Accorrete, o santi di Dio, venite, o angeli», si addormentò nel Signore il 6 agosto. Gregorio IX lo inserì nel catalogo dei santi.
V. E tu, o Signore, abbi pietà di noi.
R. Grazie a Dio.

mercoledì 8 giugno 2022

Santo Rosario ! La via più breve per la vittoria

 


La via più breve.

"Io sono la Verità. Tutte le mie parole sono giustizia e verità. Mio figlio ha detto: "Io sono la Verità". Chi ama il rosario ama la Verità. Essa sarà nei suoi pensieri, nelle sue parole, nelle sue conoscenze, nei suoi giudizi.

 Ma è innanzitutto in Me, per Me e grazie a Me che il Rosario raggiunge la verità. Ecco come si realizzano le parole: "Chi agisce in Me, non pecca", come pure le parole: "Io sono la via più corta ver­so la verità, verso il Figlio e verso Dio. Ecco perché Io proclamo il Rosario".

domenica 17 maggio 2020

Segreto Meraviglioso

Il Segreto Meraviglioso del Santo Rosario di San Luigi Maria Grignon de Monfort


ROSA BIANCA


Ai Sacerdoti

1. Ministri dell'Altissimo, predicatori della verità, araldi del Vangelo, permettete che vi presenti la rosa bianca di questo piccolo libro per mettervi nel cuore e sulle labbra le verità in esso esposte con semplicità e senza pretese. Nel cuore, affinché voi stessi intraprendiate la pia pratica del Rosario e ne gustiate i frutti. Sulle labbra, perché comunichiate agli altri la sua eccellenza e con tale mezzo li possiate convertire.

Guardatevi, ve ne prego, dal considerare piccola e di poca importanza questa santa pratica, come vogliono fare gli ignoranti e perfino molti dotti orgogliosi. Essa è veramente grande, sublime, divina. Il cielo stesso ce l'ha data, e l'ha data proprio per convertire i peccatori più induriti e gli eretici più ostinati. Dio le ha annesso la grazia in questa vita e la gloria nell'altra. I santi l'hanno messa in atto ed i sommi Pontefici l'hanno autorizzata.

Felice il sacerdote e il direttore d'anime, cui lo Spirito Santo ha rivelato questo segreto che la maggior parte degli uomini non conosce o conosce molto superficialmente! Se egli ne avrà una concreta conoscenza lo reciterà ogni giorno e lo farà recitare agli altri. Dio e la sua santa Madre gli verseranno nell'anima grazie in abbondanza per far di lui uno strumento della loro gloria. Con la sua parola, sia pure disadorna, otterrà più frutto in un mese che gli altri predicando in parecchi anni.

2. Cari confratelli, non contentiamoci dunque di consigliarlo agli altri; dobbiamo recitarlo noi stessi. Pur convinti in teoria dell'eccellenza del santo Rosario, se non lo recitiamo noi per primi, gli altri daranno ben poca importanza a quanto consiglieremo, perché nessuno può dare ciò che non ha. «Gesù fece ed insegnò» (At 1,1): imitiamo dunque Gesù Cristo che prima fece e poi insegnò. Imitiamo l'Apostolo che conosceva e predicava soltanto Gesù Cristo crocifisso. Noi lo faremo predicando il santo Rosario che, come vedrete in seguito, non è soltanto una serie di Padre nostro e di Ave Maria, ma un compendio divino dei misteri della vita, passione, morte e gloria di Gesù e di Maria.

Se sapessi che l'esperienza concessami da Dio circa l'efficacia della predicazione del Rosario per convertire le anime, potesse persuadervi a diffonderlo, nonostante la tendenza contraria dei predicatori, vi racconterei le conversioni meravigliose che ho sperimentato predicando il santo Rosario.
Mi limito a riferirvi, in questo compendio, qualche fatto antico e ben provato. Solo ho inserito, per vostra utilità, parecchi testi latini presi da buoni autori, che comprovano ciò che spiego al popolo in lingua corrente.


Rosa rossa

Ai peccatori

3. A voi, peccatori e peccatrici, uno più peccatore di voi offre questa rosa arrossata dal sangue di Gesù Cristo perché vi adorni e vi salvi.
Empi e peccatori impenitenti gridano continuamente: «Coroniamoci di rose» (Sap 2,8). Anche noi cantiamo: Coroniamoci con le rose del santo Rosario.

Ma quanto sono diverse le loro rose dalle nostre! Le loro sono i piaceri carnali, i vani onori, le ricchezze caduche che presto saranno appassite e corrotte. Le nostre, invece, sono i Padre nostro e le Ave Maria, recitati bene e accompagnati da buone opere di penitenza, e non appassiranno né periranno mai. Tra centomila anni la loro bellezza splenderà come oggi.

Le loro tanto decantate rose hanno solo l'apparenza di rose: in realtà sono spine che pungono con il rimorso durante la vita, che trafiggono con il rimpianto all'ora della morte, che bruciano per tutta l'eternità nell'ira e nella disperazione. Se le nostre rose hanno spine, queste sono spine di Gesù Cristo che egli tramuta in rose. Se le nostre rose pungono, esse pungono solo per qualche istante, unicamente per guarirci dal peccato e per salvarci.

4. Facciamo a gara per coronarci con queste rose del paradiso, recitando ogni giorno un Rosario, cioè tre corone di cinque decine ciascuna come altrettante ghirlande di fiori: 1) per onorare le tre corone di Gesù e di Maria: la corona di grazia di Gesù nell'incarnazione, la sua corona di spine nella passione, la sua corona di gloria in cielo, e la triplice corona che Maria ha ricevuto in cielo dalla SS. Trinità; 2) per ricevere da Gesù e da Maria tre corone: la corona di meriti in questa vita, la corona di pace in morte, la corona di gloria in paradiso.

Se sarete fedeli a recitarlo devotamente fino alla morte, nonostante l'enormità delle vostre colpe, credetemi: «riceverete la corona di gloria che non appassisce» (1 Pt 5,4). Anche se vi trovate sull'orlo dell'abisso o con un piede nell'inferno, se avete perfino venduto l'anima al diavolo come uno stregone o siete un eretico indurito e ostinato come un demonio, presto o tardi vi convertirete e vi salverete. 
Purché — lo ripeto e notate bene i termini del mio consiglio — diciate devotamente ogni giorno fino alla morte il santo Rosario, per conoscere la verità ed ottenere la contrizione ed il perdono dei vostri peccati. Troverete in questo libro parecchi esempi di grandi peccatori convertiti per mezzo del santo Rosario. Leggeteli e meditateli.

Roseto Mistico

Ai devoti

. Anime devote e illuminate dallo Spirito Santo, non vi dispiaccia che io vi offra un piccolo roseto mistico, venuto dal cielo, perché lo trapiantate nel giardino della vostra anima. Esso non nuocerà ai fiori profumati delle vostre contemplazioni. È molto olezzante e tutto divino: non guasterà affatto il disegno delle vostre aiuole. Purissimo e ben ordinato esso porta tutto all'armonia e allo splendore. Se ogni giorno lo s'innaffia e lo si coltiva a dovere, cresce ad altezza prodigiosa e si estende tanto che non solo non ostacola tutte le altre devozioni, ma le conserva e le perfeziona. Voi che siete spirituali mi capite! Questo roseto è Gesù e Maria nella vita, nella morte, nell'eternità.

6. Le verdi foglie di questo rosaio esprimono i misteri gaudiosi di Gesù e di Maria; le spine, i dolorosi; e i fiori, quelli gloriosi. Le rose in bocciolo ricordano l'infanzia di Gesù e di Maria, le rose sbocciate rappresentano Gesù e Maria nella sofferenza, le rose completamente schiuse mostrano Gesù e Maria nella gloria e nel trionfo.
La rosa rallegra con la sua bellezza: ecco Gesù e Maria nei misteri gaudiosi. Essa punge con le sue spine: eccoli nei misteri dolorosi. Essa dà gioia con la soavità del profumo: eccoli infine nei misteri gloriosi.
Non disprezzate, dunque, la mia pianticella rigogliosa e divina. Piantatela voi stessi nella vostra anima prendendo la risoluzione di recitare il Rosario. Coltivatela ed innaffiatela recitandolo fedelmente ogni giorno, accompagnandolo con opere buone. Vi accorgerete che questo seme, ora all'apparenza tanto piccolo, diventerà col tempo un grande albero, dove gli uccelli del cielo, cioè le anime predestinate e di alta contemplazione, faranno il loro nido e la loro dimora. Sotto la sua ombra saranno protette dagli ardori del sole, sulle sue cime troveranno difesa dalle bestie feroci della terra e scopriranno un delicato nutrimento nel suo frutto, l'adorabile Gesù, al quale sia ogni onore e gloria nei secoli dei secoli. Amen. Così sia.


AVE MARIA!

giovedì 6 giugno 2019

IL SEGRETO AMMIRABILE

ROSA VENTITREESIMA

Il Rosario, memoriale della vita e della morte di Gesù

[68] Gesù, il divino sposo dell'anima nostra, l'amico dolcissimo, desidera che ricordiamo i suoi benefici e li stimiamo sopra ogni cosa.

Egli prova una gioia sovrabbondante, come la Vergine e tutti i Santi del Paradiso, quando noi meditiamo devotamente e con affetto i misteri del Rosario che sono gli effetti più evidenti del suo amore per noi e i doni più ricchi ch'egli potesse farei, poiché è proprio per tali doni che la Vergine stessa e tutti i Santi godono della gloria eterna.

La beata Angela da Foligno un giorno pregò Nostro Signore che le insegnasse con quale esercizio avrebbe potuto onorarlo meglio. E Gesù le apparve appeso alla croce e le disse: "Figlia mia, osserva le mie piaghe". E così ella apprese dall'amabilissimo Salvatore che nulla gli era più gradito quanto la meditazione sulle sue sofferenze. 

Poi Gesù le mostrò le ferite del capo, le rivelò parecchi particolari dei tormenti patiti, e soggiunse: "Tutto questo ho sofferto per la tua salvezza; che cosa puoi fare tu che uguagli il mio amore per te?".


[69] Il santo Sacrificio della Messa onora infinitamente la Santissima Trinità perché è rappresentazione della Passione di Gesù Cristo ed è offerta da parte nostra dei meriti della sua obbedienza, delle sofferenze e del sangue suo. 

L'intera Corte celeste ne riceve, sovrabbondanza di gloria; parecchi autori, con san Tommaso, ci parlano, per lo stesso motivo, della gioia degli Angeli nel vedere i fedeli accostarsi alla comunione sia perché il SS. Sacramento è il memoriale della Passione e della Morte di Cristo Gesù, sia perché con tale mezzo gli uomini partecipano ai frutti della redenzione e assicurano la propria salvezza.

Ora, il santo Rosario, recitato con la meditazione dei misteri, è un sacrificio di lode a Dio per il beneficio della nostra Redenzione; è un devoto ricordo della sofferenza, della morte e della gloria di Gesù Cristo. 

E' vero, perciò, che il Rosario dà gloria e gioia di  sovrabbondanza a Gesù Cristo, alla Vergine santa e a tutti i beati poiché essi nulla desiderano di più importante, per la nostra felicità eterna, che vederci impegnati in un esercizio tanto glorioso per il nostro Salvatore e tanto salutare per noi.


[70] Il Vangelo ci assicura che un peccatore che si converte e fa penitenza procura gioia a tutti gli Angeli. 

Se per rallegrare gli Angeli basta che un peccatore lasci le vie del peccato e ne faccia penitenza, quale gioia, quale giubilo sarà per l'intera Corte celeste, quale gloria per Gesù stesso vederci qui in terra meditare devotamente e con amore le sue umiliazioni, i suoi tormenti, la sua morte crudele e ignominiosa? 

Vi può essere, forse, qualcosa di più efficace per commuoverci e indurci a sincera penitenza?

Il cristiano che non medita sui misteri del Rosario dà prova di molta ingratitudine verso Cristo Gesù e rivela d'avere poca stima per quanto il divino Salvatore ha sofferto per la salvezza del mondo. 
Il suo contegno sembra dire ch'egli ignora la vita di Gesù, che si preoccupa ben poco di sapere ciò che Gesù fece e sofferse per redimrerci. 

Un tale cristiano deve temere assai che, non avendo conosciuto Gesù Cristo o avendolo dimenticato, Egli lo respinga nel giorno del giudizio con quel rimprovero: "In verità ti dico, non ti conosco" (Mt 25,12).

Meditiamo, dunque, la vita e le sofferenze del Salvatore nel santo Rosario, impariamo a conoscerlo bene, a riconoscere i suoi benefici
affinché Egli ci riconosca per suoi figli e amici nel giorno del giudizio.

AVE MARIA PURISSIMA!

lunedì 13 maggio 2019

Santo Rosario


ROSA VENTISETTESIMA

[81] Per invogliarti ancor più ad abbracciare questa devozione delle
anime grandi, aggiungo che il Rosario recitato con la meditazione dei
misteri:

1) ci eleva insensibilmente alla perfetta conoscenza di Gesù Cristo;
2) purifica le anime nostre dal peccato;
3) ci rende vittoriosi su tutti i nostri nemici;
4) ci facilita la pratica delle virtù;
5) ci infiamma d'amore per Gesù;
6) ci arricchisce di grazie e di meriti;
7) ci fornisce i mezzi per pagare a Dio e agli uomini tutti i nostri debiti
e infine ci ottiene ogni sorta di grazie.

[82] La conoscenza di Gesù Cristo è la scienza dei cristiani, la scienza
della salvezza; supera in eccellenza e in pregio -dice san Paolo - tutte
le scienze umane: 

1) per la dignità dell'oggetto, un Dio-uomo, al
cospetto del Quale l'universo intero non è che una stilla di rugiada o un
granello di sabbia; 

2) per l'utilità poiché le scienze umane ci riempiono
solo di vanità e del fumo d'orgoglio; 

3) per la sua necessità poiché non
è possibile salvarsi senza la conoscenza di Gesù Cristo, mentre chi
ignora tutte le altre scienze ma è istruito nella scienza di Cristo Gesù,
sarà salvo.

Benedetto Rosario, che ci dai questa scienza e conoscenza di Gesù
facendocene meditare la vita, la morte, la passione e la gloria! 

La regina di Saba, ammirata per la saggezza di Salomone, esclamò: Beati i tuoi uomini, beati questi tuoi ministri che stanno sempre davanti a te e ascoltano la tua saggezza! (1 Re 10,8. Cfr. Gv 17,3). 

Ma più felici sono i fedeli che meditano attentamente la vita, le virtù, le sofferenze e la  gloria del Salvatore, perché acquistano con tale mezzo, la perfetta conoscenza di Lui nella quale consiste la vita eterna.
http://www.parrocchiasantalessandro.it/Avvisi/Avvisi%20Maggio%202014/IL%20SEGRETO%20AMMIRABILE%20DEL%20SANTO%20ROSARIO.pdf


AVE MARIA!

venerdì 7 ottobre 2016

IL SANTO ROSARIO


Esposizione dei misteri
Il Rosario è composto di venti "misteri" (eventi, momenti significativi) della vita di Gesù e di Maria, divisi dopo la Lettera Apostolica Rosarium Virginis Mariae, in quattro Corone.
La prima Corona comprende i misteri gaudiosi (lunedì e sabato), la seconda i luminosi (giovedì), la terza i dolorosi(martedì e venerdì) e la quarta i gloriosi (mercoledì e domenica).
«Questa indicazione non intende tuttavia limitare una conveniente libertà nella meditazione personale e comunitaria, a seconda delle esigenze spirituali e pastorali e soprattutto delle coincidenze liturgiche che possono suggerire opportuni adattamenti» (Rosarium Virginis Mariae, n. 38).
Per aiutare l'itinerario meditativo-contemplativo del Rosario, ad ogni "mistero" sono riportati due testi di riferimento: il primo della Sacra Scrittura, il secondo del Catechismo della Chiesa Cattolica.

AMDG et BVM

giovedì 4 febbraio 2016

LA PREGHIERA PIU' NOBILE

CAPITOLO II 
Perché nel SS. Rosario si dice prima il Pater Noster e poi l’Ave Maria? 



 O Eminentissimo Vescovo, la SS. Trinità,
per mezzo del SS. Rosario della Vergine
Maria, fa scaturire sorgenti d’acqua dai
cuori più riarsi.

I. Il Salterio è la preghiera più nobile in
onore della Vergine Maria, e da Lei viene
portato a perfezione (Maria Santissima, la
Madre di Dio, infatti, possiede tutte le
eccelse qualità, raffigurate sul Salterio, sulla 
Cetra e sull’Arpa della Sinagoga, e i
Rosarianti di Maria Vergine sono i Musici
Angelici della Regina del Cielo), per dieci
valide ragioni e argomentazioni:

1. la purissima Vergine Madre di Dio, al
suono del Suo Salterio, allontana il diavolo,
come già Davide, per mezzo della Cetra,
scacciò il demonio da Saul;

2. la Madre di Dio è l’Arca di Dio, che ha
portato al mondo il Verbo Onnipotente,
come l’Arca, davanti alla quale, una volta,
Davide cantò al suono delle Arpe;

3. Ella ci ottiene la vittoria sui nemici, come
una volta, anche la sorella di Mosè, Maria,
dopo la vittoria sui nemici, cantava al suono
del timpano;

4. Maria comunica ai Santi lo spirito
profetico, come già un tempo ad Eliseo,
mentre cantava il Salterio, fu trasmesso lo
Spirito della profezia divina;

5. Ella ha compiuto il Matrimonio tra Dio e
la creatura umana nel Talamo Verginale,
mediante lo Spirito Santo che si posò su di
Lei;

6. Maria SS. presiede il Coro del Tripudio
Celeste, che canta le divine Lodi, come un
tempo le figlie di Gerusalemme cantavano:
“Saul ne colpì mille, e Davide diecimila”;

7. Maria Vergine ha portato la Pace: infatti
il Suo Figlio riportò unità tra Cielo e terra,
ponendosi come Pietra d’angolo;

8. la Vergine Maria ha portato al mondo un
giorno di festa senza fine, festa per Dio, per
gli uomini e per gli Angeli;

9. è Lei che ha offerto a Dio Padre, per il
mondo, un olocausto di immenso valore, il
Verbo fatto Carne;

10. la Beatissima Vergine e Madre di Dio
cantò, subito dopo l’Incarnazione, il divino
Cantico del Magnificat, come gli Angeli,
appena nacque il Signore degli Angeli, 
cantarono il Gloria in excelsis: la soavità di
questi Cantici riconciliò Dio e l’umanità, e
riportò l’alleanza tra gli angeli e gli uomini.

Questi dieci scene erano raffigurate sul
Salterio della Sinagoga (lo afferma
Sant’Agostino nel Sermone sul Salterio
della Sinagoga, che inizia con: Lodate Dio
nel Salterio ecc.), e si riferivano alla
Purissima Madre di Dio, come vedremo
meglio in seguito.

II. Se certamente sarebbe più appropriato
dire che è Cristo, più che la Vergine Maria,
colui che ha portato a compimento queste
dieci profezie, ed è da Cristo che prende
nome questa preghiera, dal momento che
Cristo è il Signore Onnipotente, tuttavia,
essendo Maria la Madre di Misericordia per
i peccatori, ed in qualche modo più tenera e
più materna rispetto a Cristo, Ella è la
Mediatrice presso il Mediatore.

Tuttavia, si possono riferire a Gesù alcune
specifiche figure:

1. il Salterio è il Cantico della Resurrezione
di Cristo: il Salmo 56,9 afferma: “Risorgi vita
mia, il Salterio e la Cetra la cantino”. 
Così
dunque nel SS. Rosario , si recitano 15 Pater
Noster per Cristo, che risorge in noi
nell’umiltà della preghiera: ecco perché la
teologia, giustamente, afferma che il
Salterio può essere chiamato preghiera di
intercessione perché Cristo risorga in noi;

2. Cristo è il Salterio a dieci corde, perchè
dei dieci Comandamenti di Dio, è il
definitivo Legislatore e il Giudice Ultimo per
quanti li avranno disattesi;

3. a Cristo si riferiscono tutte le profezie,
perché ne è la loro causa efficiente,
formale, esemplare e finale: e il Salterio di
Davide, profetizzava il nuovo Salterio del
SS. Rosario; 

4. E’ Cristo il Salterio della nostra salvezza,
che ci ha redenti e santificati: per questo
nella dedicazione di una Chiesa, sia quando
essa veniva fondata, sia quando essa veniva
riconsacrata, si cantava al suono tripudiante dei Salteri;

5. il Signore Gesù è la nostra gioia senza
fine, la nostra letizia ed esultanza
dell’anima, perché, mediante le sua cinque
porte, ovvero le cinque piaghe , ci conduce
alle dimore della piena felicità. Riguardo a
questo, nei Salmi 46 e 97, il Profeta Davide
scrive: “Gioite senza fine in Dio”, etc. 
Da taliragioni, si comprende la grandezza del SS.
Rosario, il nuovo Salterio dello Sposo Gesù
e della Sposa Maria, con il quale tributiamo
Loro, una lode secondo giustizia.


AVE MARIA!