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sabato 6 settembre 2014

¿Qué mandáis hacer de mí?



¿Qué mandáis hacer de mí?

         El estribillo de una de las poesías de Santa Teresa que estábamos comentando dice así: “Que hoy os canta amor así. ¿Qué mandáis hacer de mí?”.  La santa nos dice que el amor “canta”. Cuando una persona ama está contenta y se le nota en todo su ser, especialmente en su mirada, pero también en su porte y en actos externos y sobre todo se le ve alegre. Y ya sabemos que la alegría se manifiesta en el canto. El amor canta. David cantaba salmos y tocaba el arpa. Muchos santos y santos han querido cantar loes al Señor, entre otros San Francisco que ha compuesto el hermoso Cántico del Hermano Sol y de la Hermana Luna. 

No siempre será necesario que cantemos cuando oremos, pero sí debe cantar el corazón de lo alegre que está de percibir el amor del Amado y querer corresponder a su amor. No ahoguemos el corazón, dejémoslo cantar, cuando él necesite desahogar sus sentimientos, a veces de alegría; a veces de congoja; a veces de plenitud. El salmista dice: “Mi corazón está preparado, mi corazón está preparado, Dios mío: voy a cantar, a tañer. ¡Gloria mía, despierta!¡Despertad arpa y cítara!¡Despertaré a la aurora!” (Sal 57, 8-9).

            Y ¿qué es lo que canta Santa Teresa? Ella canta: “¿Qué mandáis hacer de mí?”. ¿Qué es lo que quieres que haga, Señor? ¿Cómo puedo agradarte?¿Cuál es tu voluntad sobre mí? La oración busca y encuentra la voluntad del Señor sobre nosotros. En la oración el Señor va hablando al corazón, lo va preparando, lo va fortaleciendo para que el orante haga su voluntad y lo haga por amor y con amor. Y que además la pueda hacer con alegría, con paz, con decisión, con un corazón de enamorado. ¿Qué mandáis hacer de mí? ¡Qué bella oración ésta que sale del corazón como una saeta y se clava en el corazón de Dios! La oración prepara el alma para ajustarse al querer de Dios: “Si me amáis, cumpliréis mis mandamientos” (Jn 14, 15). El Señor nos irá revelando su voluntad  y su querer en la oración. Y su querer será para nosotros prenda segura de santificación personal (1 Tes 4, 3) y fruto apostólico. 

giovedì 17 ottobre 2013

Domingo 20 - 10 - 2013: XXIX del Tiempo Ord., C: Evangelio de san Lucas 18, 1-8: "La oración perseverante abre el cielo, y la fe salva el alma por la plegaria. ¿Pero cuando el Hijo del hombre torne, encontrará acaso todavía fe en la tierra?"



LA PARÁBOLA DEL JUEZ MALO






Jesús está de regreso en Jerusalén. Una Jerusalén invernal, gris, azotada por el viento. Marziam está todavía con Jesús y con Isaac. Hablando se dirigen al Templo.
José y Nicodemo están con los doce y hablan con todos mejor dicho con Zelote y Tomás. Luego se separan y pasan por delante, saludando a Jesús sin detenerse.
"No quieren hacer ver su amistad con el Maestro. ¡Es peligroso!" murmura Iscariote a Andrés.
"Creo que lo hacen por algún justo motivo, no por cobardía" los defiende Andrés.
"Por otra parte, no son discípulos. Y pueden hacerlo. Nunca lo han sido" dice Zelote.
"¿No?" Me parecía que..."
"Ni siquiera Lázaro es discípulo y con todo..."
"Si sigues excluyendo, ¿quién queda?"
"¿Quién? Los que tienen la misión de discípulos."
"Y los otros, ¿qué cosa son?"
"Amigos. No más que amigos. ¿Acaso dejan sus casas, sus intereses por seguir a Jesús?"
"No. Pero escuchan con gusto y le ayudan con..."
"¡Si es por eso! También los gentiles lo hacen. Viste que en la casa de Nique encontramos a quien se había preocupado por Él. Y esas mujeres no son del número de los discípulos".
"¡No te acalores! Lo dije por decir. ¿Te molesta mucho que tus amigos no sean discípulos? Creo que deberías de pensar al revés."
"No me acaloro y no quiero nada, como tampoco que les hagas mal llamándolos sus discípulos."
"¿Pero a quién quieres que lo diga? Siempre estoy con vosotros..."
Simón Zelote lo mira tan duramente que la risita que tenía Judas en los labios se le congela y piensa que es mejor cambiar de tema: "¿qué querían hablar con vosotros ésos dos?"

PARA ESTAR CERCA DEL MAESTRO NIQUE QUIERE 
COMPRAR UNA CASA EN JERUSALÉN

"Encontraron una casa para Nique, por los jardines, cerca de la Puerta. José conocía al propietario y sabía que con un poco más de dinero se la habría vendido. Se lo haremos saber a Nique."
"¡Qué ganas de tirar dinero!"
"Es suyo. Puede hacer lo que le venga en gana. Ella quiere estar cerca del Maestro. Con eso obedece a la voluntad de su marido y a su corazón."
"Sólo mi madre está lejos..." suspira Santiago de Alfeo.
"Y la mía" dice el otro Santiago.
"Pero por poco tiempo. ¿Oíste lo que dijo Jesús a Isaac, a Juan y a Matías?  'Cuando volváis para la luna nueva de Scebat venid con las discípulas además de mi Madre'. "
"No sé por qué no quiere que Marziam vuelva con ellas. Le ha dicho: "Te quedarás hasta que te llame"."
"Tal vez será que Porfiria no se quede sin ayuda... Si nadie pesca allá, no se come. Nosotros no vamos, debe ir, pues, Marziam. La higuera, la colmena, los pocos olivos y las dos ovejas no son suficientes para quitar el hambre a una mujer, para vestirla..." observa Andrés.

JESÚS ENTRA EN EL TEMPLO

Jesús, apoyado contra el muro del recinto del Templo, los ve venir. Con Él están Pedro, Marziam y Judas de Alfeo. Los menesterosos se levantan de sus camastros de piedra en el camino que lleva al Templo -el que va de Sión al Moria, no el que va de Ofel al Templo- y levantan sus lamentos para que los oiga Jesús y les dé una limosna. Nadie pide ser curado. Jesús ordena a Judas que les socorra. Entra en el Templo.
No hay mucha gente. Después de la gran afluencia de las  fiestas los peregrinos disminuyen. Tan sólo los que por intereses de importancia se ven obligados a venir a Jerusalén, o quien habita en esta ciudad, sube al Templo. Por esto los patios y los portales, aunque no están desiertos, están menos ocupados y parecen más extensos, más sagrados, porque hay más silencio. También los cambistas, los vendedores de palomas y de otros animales son menos numerosos, pegados a los muros de la parte que da el sol, un sol pálido que se abre paso por entre las grises nubes.
Después de que Jesús oró en el patio de los israelitas, se vuelve y se apoya junto a una columna observando... y siendo observado.
Ve que vienen de detrás del patio de los hebreos, un hombre y una mujer que sin mostrar que lloran, su rostro está lleno de dolor. El hombre trata de consolar a la mujer, pero se ve que también él está afligidísimo.
Jesús deja la columna y va a su encuentro. ¿Qué os pasa?" les pregunta compasivamente.
El hombre lo mira, sorprendido de que se interese por ellos, tal vez le parezca que la pregunta no sea delicada; pero la mirada de Jesús es tan dulce que lo desarma. Antes de decir lo que sufre, pregunta: "¿Cómo es posible que un rabí se interese de las penas de un sencillo israelita?"
"Porque el rabí es tu hermano. Tu hermano en el Señor y te ama como está escrito en el mandamiento."
"¡Mi hermano! Soy un pobre campesino de la llanura de Sarón, hacia Dora. Tú eres un rabí."
"El dolor es tanto para los rabíes como para los demás. Sé lo que significa el dolor, y quisiera consolarte."
La mujer se levanta un momento el velo para mirar a Jesús y en voz baja dice a su marido: "Díselo. Tal vez nos pueda ayudar..."

LOS SENCILLOS ESPOSOS CUENTAN A JESÚS SU AFLICCIÓN

"Rabí, tuvimos una hija. La tenemos. Por ahora todavía la tenemos... La casamos decorosamente con un joven que uno de nuestros amigos nos garantizó que sería un buen marido. Eso fue hace seis años. Les han nacido dos niños. Dos... porque después el amor se desvaneció... tanto que ahora... el esposo quiere el divorcioNuestra hija llora y se muere. Por esto dijimos que todavía la tenemos, porque dentro de poco morirá de dolor. Hemos hecho todo lo posible por persuadir a su marido. Hemos rogado mucho al Altísimo...Pero ninguno de los dos ha escuchado... Vinimos acá en peregrinación por este motivoy nos hemos quedado aquí por todo el tiempo de una luna. Todos los días en el TemploYo en mi lugar, mi mujer en el suyo... Esta mañana un criado de mi hija nos trajo la noticia que su esposo había ido a Cesarea para mandarle desde allá el libelo de divorcio. Esta es la respuesta que nuestras plegarias han obtenido..."
"No hables así, Santiago" suplica su mujer en voz baja. Y luego: "El Rabí nos puede maldecir como a blasfemos... Dios nos puede castigar. Es nuestro dolor. Viene de Dios... Y si nos ha castigado, señales de que lo merecíamos" termina con un sollozo.

NO, MUJER. NO OS VOY A MALDECIR Y DIOS NO OS VA A CASTIGAR. 
ASÍ COMO OS DIGO QUE NO ES DIOS QUIEN OS ENVÍA ESTE DOLOR, 
SINO QUE ES EL HOMBRE QUIEN OS LO CAUSA

"No, mujer. No os voy a maldecir y Dios no os va a castigar. Así como os digo que no es Dios quien os envía este dolor, sino que es el hombre quien os lo causa. Dios lo permite para prueba vuestra y para probar al marido de vuestra hija. No perdáis la fe y el Señor os escuchará."
"Es tarde. Nuestra hija ya fue repudiada y ha perdido su fama..." dice el marido.

JAMÁS ES TARDE PARA EL ALTÍSIMO. EN UN INSTANTE Y POR LA
 ORACIÓN PERSISTENTE, PUEDE CAMBIAR EL CURSO DE LOS SUCESOS

"Jamás es tarde para el Altísimo. En un instante y por la oración persistente, puede cambiar el curso de los sucesos. De la copa a los labios hay tiempo para que la muerte pueda encajar su puñal e impedir que quien ya tenía la copa en sus labios, no la beba. Y esto porque Dios ha intervenido. Os lo aseguro.Volved a vuestros lugares de plegaria y continuad hoy, mañana y pasado mañana, y si conserváis vuestra fe, veréis el milagro.
"Rabí, tratas de consolarnos... pero en estos momentos... No se puede. Tú lo sabes, no se puede anular el libelo una vez que se entrega a la repudiada" insiste el marido.
"Te digo que tengas fe. Es verdad que no se le puede anular, pero ¿sabes que tu hija ya lo recibió?"
"De Dora a Cesarea el camino no es largo. Mientras vino hasta aquí el siervo, no hay duda de que Jacob haya regresado ya a casa y expulsado a María."
"El camino no es largo, pero ¿estás seguro que ya lo hizo? ¿No puede una voluntad superior a la humana haber detenido a un hombre, si Josué, con la ayuda de Dios, detuvo el sol? Vuestra plegaria persistente y llena de confianza que tiene un buen fin, ¿no es acaso una voluntad santa que se opone a una mala? ¿Y puesto que pedís una cosa buena a Dios, a vuestro Padre, ¿no os ayudará a detener los pasos de ese insensato? ¿No os habrá ya escuchado? Y si el hombre se obstinase aun en ir, ¿lo podrá hacer si vosotros continuáis pidiendo al Padre una cosa justa? Os digo: id a orar hoy, mañana y pasado mañana y veréis el milagro."
"¡Vamos, Santiago! El Rabí sabe lo que dice. Si nos manda ir a orar señal es que sabe que es justo. Ten fe, esposo míoSiento una gran paz, siento que una esperanza me nace donde antes había sólo dolor. Dios te lo pague, Rabí bueno, y que te escuche. Ruega también por nosotros. Ven, Santiago, ven" y logra persuadir a su marido que la sigue después de haberse despedido de Jesús con el acostumbrado saludo judío: "La paz sea contigo", al que Jesús responde de igual modo.
"¿Por qué no les dijiste quién eras? Hubieran orado con más tranquilidad" dicen los apóstoles. Felipe añade: "Se lo voy a decir."

"NO QUIERO. HABRÍAN ORADO CON MÁS SERENIDAD PERO 
CON MENOS MÉRITO. DE ESTE MODO SU FE ES PERFECTA 
Y SERÁ PREMIADA."

Jesús lo detiene diciéndole: "No quiero. Habrían orado con más serenidad pero con menos mérito. De este modo su fe es perfecta y será premiada."
"¿De veras?"
"¿Queréis que hubiera mentido a esos dos infelices?"

PARÁBOLA 

ESCUCHAD ESTA PARÁBOLA QUE OS MOSTRARÁ EL VALOR DE LA
 ORACIÓN PERSEVERANTE

CÓMO DEBEN SER LOS JUECES Y MAGISTRADOS

Mira a la gente que le rodea. Será alrededor de un centenar de persona. Dice: "Escuchad esta parábola que os mostrará el valor de la oración perseverante.
Sabéis lo que dice el Deuteronomio al hablar de los jueces y magistrados: que deben ser justos y misericordiosos escuchando con imparcialidad a quien recurre a ellos, pensando siempre que deben juzgar el caso que se les presenta, como si fuera un caso propio, personal, sin tener en cuenta regalos o amenazas,sin consideraciones por los amigos culpables y sin dureza para los que no están en buenas relaciones con ellos. Si las palabras de la Ley son justas, no lo son los hombres y no saben obedecer la Ley. De este modo se ve que con frecuencia la justicia humana es imperfecta, porque son raros los jueces que sepanconservarse puros de cohecho, que sean misericordiosos, pacientes para con ricos y pobres, para con las viudas y huérfanos, como lo son para los que no se encuentran en tales circunstancias.
En una ciudad había un juez muy indigno del oficio que había alcanzado a través de familiares de mucha influencia. Por su parte era parcial en juzgar y propenso a dar razón al rico y al poderoso, a quien recomendaban éstos, o bien a quien le hacían grandes regalos. No tenía temor de Dios y se burlaba de las quejas de los pobres y de los débiles porque estaban solos y sin quien los defendiese. Cuando no quería escuchar a quien claramente tenía razón contra un rico, y al que no quería condenar, lo mandaba arrojar de su presencia amenazándolo con echarlo en la cárcel. Los más soportaban su modo violento de ser,resignándose a la derrota aun antes de que su caso se discutiese.
En aquella ciudad vivía una viuda cargada de hijos, la cual debía recibir una fuerte suma de dinero por trabajos que su difunto esposo había hecho para un rico. Obligada por la necesidad y amor maternal, había tratado de hacerse pagar del rico, y con ese dinero dar de comer a sus hijos y vestirlos para el invierno que se acercaba. Pero como el rico no le hizo caso pese a todas sus súplicas e insistencia, se dirigió al juez.
Este era amigo del rico que le había dicho: "Si me das la razón un tercio de la suma es tuyo". Por esto se hizo sordo a las palabras de la viuda que le decía: "Hazme justicia de mi adversario. Ves que tengo necesidad. Todos pueden decir si no tengo derecho a la suma". Se hizo sordo e hizo que sus ayudantes la arrojasenPero la mujer volvió una, dos, diez veces; por la mañana, al mediodía, por la tarde, incansable. Lo seguía por las calles gritándole: "Hazme justicia. Mis hijos tiene hambre y frío. Y no tengo con qué comprar harina y ropa". Se presentaba en el umbral de la casa del juez cuando éste volvía a ir a sentarse a la mesa con sus hijos. Y el grito de la viuda: "Hazme justicia de mi adversario, pues mis hijos y yo tenemos hambre y frío" penetraba hasta el interior de la casa del comedor, de la alcoba durante la noche, persistente como el chillido de una lechuza: "Hazme justicia, si no quieres que Dios te castigue. Hazme justicia. recuerda que la viuda y los huérfanos valen mucho ante los ojos de Dios y ¡ay de quien los pisotea! Hazme justicia si no quieres sufrir un día lo que sufrimos nosotros. El hambre que tenemos, el frío que soportamos lo encontrarás en la otra vida, si no me haces justicia. ¡Pobre de ti!"
El juez no tenía temor de Dios, ni del prójimo. Pero al verse siempre perseguido, objeto de burla de parte de toda la ciudad, y hasta de escarnio, terminó por cansarse. Un día se dijo a sí mismo: "Aunque yo no tema a Dios ni las amenazas de la mujer, ni el que dirán mis conciudadanos, sin embargo, para quitarme de encima tanta molestia, haré caso a la viuda y le haré justicia, obligando al rico a que le pague. Basta con que no me siga por todas partes y se me quite de encima".Llamó a su amigo rico y le dijo: "Amigo mío, no es posible que pueda darte gusto. Cumple con tu deber y paga, porque no puedo soportar que se me moleste por tu causa. Lo he dicho". El rico tuvo que desembolsar la suma de dinero según justicia.

APLICACIÓN DE LA PARÁBOLA

Esta es la parábola. Ahora voy a aplicarla.

Oíste las palabras de un inicuo: "Para quitarme de encima tanta molestia, haré caso a la vida". Y era un inicuoPero Dios, el Padre óptimo, ¿será acaso inferior al juez malo? ¿No hará justicia a sus hijos que lo invocan de día y de noche? ¿Les hará esperar el favor pedido hasta que su alma está ya agotada de tanto rogar? Yo os digo que prontamente les hará justicia para que su alma no pierda la fe. Pero es necesario también saber orar, sin cansarse después de las primeras oraciones, y saber pedir cosas buenas. También hay que confiarse a Dios diciendo: "Que se haga lo que según tu sabiduría ves que nos es útil".
Tened fe. Sabed orar con fe en la plegaria y en Dios vuestro Padre. El os hará justicia contra los que os oprimen: bien sean hombres o demonios, enfermedades y otras desgracias. La oración perseverante abre el cielo, y la fe salva el alma por la plegaria. ¡Vámonos!"

"¿PERO CUANDO EL HIJO DEL HOMBRE TORNE, 
ENCONTRARÁ ACASO TODAVÍA FE EN LA TIERRA?"

Se dirige a la salida. Está ya casi fuera del recinto cuando levantando su cabeza para mirar a los pocos que siguen y a los muchos indiferentes u hostiles que lo miran desde lejos, exclama: "¿Pero cuando el Hijo del hombre torne, encontrará acaso todavía fe en la tierra?" y suspirando se envuelve en su manto, caminando a pasos largos hacia el suburbio de Ofel.
IX. 464-470
A. M. D. G. et B.V.M.

domenica 29 settembre 2013

Efectos de la oración


Efectos de la oración 

 Conviene saber que la oración produce tres bienes. 


a) Primeramente es un remedio eficaz y útil contra los males. En efecto, nos libra de los pecados cometidos. Salmo 31, 5-6: "Tú perdonaste la iniquidad de mi pecado, por lo cual orará a ti todo hombre santo". Así oró el ladrón en la cruz, y obtuvo el perdón; porque Jesús le dijo: "Hoy estarás conmigo en el paraíso" (Luc 23, 43). Así oró el publicano, y volvió a su casa justificado (Luc 18, 
14).  Nos libra también del temor de los pecados que pueden sobrevenir, de las tribulaciones y de la tristeza (Sant 5, 13: "¿Hay alguno triste entre vosotros? Que ore (con el alma tranquila)".

También nos libra de persecuciones y de enemigos. Salmo 108, 4: "En lugar de amarme me denigraban; mas yo oraba".



 b) En segundo lugar es eficaz y útil para la obtención de todos nuestros deseos. Marc 11, 24: "Todo cuanto orando pidiereis creed que lo recibiréis". Y si no somos escuchados es que no pedimos con insistencia: "En efecto, es necesario orar siempre y no desfallecer" (Luc 18, 1); o no pedimos lo que más conviene para nuestra salvación. 



Dice Agustín: "Bueno es el Señor, que a menudo no nos concede lo que queremos para darnos lo que más nos favorece". Ejemplo de ello hallamos en Pablo, que tres veces pidió ser librado de un punzante tormento y no fue oído: 2 Cor 12, 8.



c)  En tercer lugar, la oración es útil porque nos convierte en familiares de Dios. Salmo 140, 2: "Que mi oración esté ante ti como incienso". 



SANTO TOMAS DE AQUINO: EL PADRENUESTRO y EL AVEMARÍA comentados PROLOGO



lunedì 1 aprile 2013

Estai atentos.



3.797- Mensagem de Nossa Senhora,
 transmitida em 29/03/2013
Versão para impressão
Queridos filhos, entregai-vos a Jesus. Ele é o vosso Único e Verdadeiro Salvador. Sua entrega amorosa na cruz abriu o Céu para vós. Tudo consumado: não há outro caminho para os homens. Somente por Meu Filho Jesus podeis chegar ao Céu. Esforçai-vos. Não cruzeis os braços. Vivei na graça e em tudo imitai Meu Filho Jesus. O calvário será doloroso para os homens e mulheres de féO pão dos inimigos é só pãoCorpo, Sangue, Alma e Divindade encontrarão somente na Eucaristia, presença do Meu Jesus para Sua verdadeira IgrejaEstai atentos. Rezai, rezai, rezai. Esta é a mensagem que hoje vos transmito em nome da Santíssima Trindade. Obrigada por Me terdes permitido reunir-vos aqui por mais uma vez. Eu vos abençôo, em nome do Pai, do Filho e do Espírito Santo. Amém. Ficai em paz. 

venerdì 26 ottobre 2012

La Biblia nos fue dada para darnos conocimiento y cambiar nuestra vida.


FRASES QUE EDIFICAN.



" VISIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS EN LA PORCIUNCULA "- BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO.

1. Dios no elige personas capacitadas, Él capacita a los elegidos.

2. Uno con Dios es mayoría.

3. Si quieres estar desanimado mírate, si quieres estar decepcionado mira a los hombres, pero si quieres ser salvo mira a Jesús.

4. Vale mucho más una puerta cerrada por Dios que una abierta por el diablo.

5. ¿Quieres ayudar? Entonces involúcrate con quien necesita ayuda. ¿Quieres hacer la diferencia? Sé diferente.¿Quieres ser usado por Dios? Ponte a disposición.

6. Nunca pongas un punto de interrogación donde Dios ya puso un punto final.

7. Debemos orar siempre, no hasta que Dios nos escuche, sino hasta que podamos oír a Dios.

8. Dios no habla con personas apresuradas y sin tiempo.

9. Con Jesús, jamás una desgracia será la última noticia.

10. Moisés gastó 40 años pensando que era alguien, 40 años aprendiendo que no era nadie y 40 años descubriendo lo que Dios puede hacer con un NADIE.

11. Sólo tendré todo de Dios, cuando El tenga todo de mi.

12. Solamente soy un detalle, pero con Jesús, hago la diferencia.

13. La fe se ríe de las imposibilidades.

14. La fe no nace con una cantidad de hechos que una persona escucha acerca de Dios. Hay personas que se convierten con un folleto solamente, mientras otras irán al infierno conociendo la Biblia entera.

15. Nada está fuera del alcance de la oración, excepto lo que está fuera de la voluntad de Dios.

16. Perdonar es la mejor manera de vengarse.

17. La tristeza mira hacia atrás, la preocupación mira alrededor, la fe mira hacia arriba.

18. El tiempo es de lejos más valioso que el dinero, porque el tiempo es INSUSTITUIBLE.

19. No temas la presión, recuerda que ella transforma el carbón en diamante.

20. La Biblia nos fue dada para darnos conocimiento y cambiar nuestra vida.

21. Lo más importante no es encontrar la persona correcta, lo importante es ser la persona correcta.

22. No confundas la voluntad de Dios, con el permiso de Dios, no todo lo que ocurre es de su voluntad, pero nada ocurre sin su permiso.

23. Uno no cree realmente en Dios, hasta que uno cree que Dios puede hacer lo imposible.

24. No es tu APTITUD, si no tu ACTITUD, lo que determina tu ALTITUD. 

( AUTOR DESCONOCIDO ).
<<Cor Mariæ Immaculatum, intercede pro nobis>>

venerdì 19 ottobre 2012

SAN PEDRO DE ALCANTARA :<<...Sobre todas estas virtudes, dame, Señor, tu gracia, para que te ame yo con todo mi corazón, con toda mi ánima, con todas mis fuerzas y con todas mis entrañas, así como tú lo mandas. ¡Oh, toda mi esperanza, toda mi gloria, todo mi refugio y alegría! ¡Oh, el más amado de los amados! ¡Oh, esposo florido, esposo suave, esposo melifluo! ¡Oh, dulzura de mi corazón! ¡Oh, vida de mi ánima y descanso alegre de mi espíritu! ¡Oh, hermoso y claro día de la eternidad, y serena luz de mis entrañas, y paraíso florido de mi corazón!¡ Oh, amable principio mío y suma suficiencia mía!..."






Es agradable convidarlos todos a gustar-saborear la bellisima oraciòn de san Pedro de Alcantara (1499 - 1562) del "Tratado de la Oraciòn y Meditaciòn" cap. XI.

PETICIÓN ESPECIAL DEL AMOR DE DIOS

<<...Sobre todas estas virtudes, dame, Señor, tu gracia, para que te ame yo con todo mi corazón, con toda mi ánima, con todas mis fuerzas y con todas mis entrañas, así como tú lo mandas. ¡Oh, toda mi esperanza, toda mi gloria, todo mi refugio y alegría! ¡Oh, el más amado de los amados! ¡Oh, esposo florido, esposo suave, esposo melifluo! ¡Oh, dulzura de mi corazón! ¡Oh, vida de mi ánima y descanso alegre de mi espíritu! ¡Oh, hermoso y claro día de la eternidad, y serena luz de mis entrañas, y paraíso florido de mi corazón!¡ Oh, amable principio mío y suma suficiencia mía!



Apareja, Dios mío, apareja, Señor, una agradable morada para ti en mí, para que, según la promesa de tu santa palabra, vengas a mí y reposes en mí. Mortifica en mí todo lo que desagrada a tus ojos y hazme hombre según tu corazón. Hiere, Señor, lo más íntimo de mi ánima con las saetas de tu amor, y embriágala con el vino de tu perfecta caridad. ¡Oh! ¿Cuándo será esto? ¿Cuándo te agradaré en todas las cosas? ¿Cuándo dejaré de ser mío? ¿Cuándo ninguna cosa fuera de ti vivirá en mí? ¿Cuándo ardentísimamente te amaré? ¿Cuándo me abrasará toda la llama de tu amor? ¿Cuándo estaré todo derretido y traspasado con tu eficacísima suavidad? ¿Cuándo abrirás a este pobre mendigo y le descubrirás el hermosísimo Reino tuyo que está dentro de mí, el cual eres tú con todas tus riquezas? ¿Cuándo me arrebatarás y anegarás y transportarás y esconderás en ti, donde nunca más parezca? ¿Cuándo, quitados todos impedimentos y estorbos, me harás un espíritu contigo, para que nunca ya me pueda más apartar de ti?

¡Oh, amado, amado, amado de mi ánima! ¡Oh dulzura, dulzura de mi corazón! ¡Óyeme, Señor, no por mis merecimientos, sino por tu infinita bondad! Enséñame, alúmbrame, enderézame y ayúdame en todas las cosas para que ninguna cosa se haga ni diga, sino lo que fuere a tus ojos agradable. ¡Oh Dios mío, amado mío, entrañas mías, bien de mi ánima! ¡Oh amor mío dulce! ¡Oh deleite mío grande! ¡Oh fortaleza mía, veladme; luz mía, guiadme!

¡Oh Dios de mis entrañas! ¿Por qué no te das al pobre? ¡Hinches los cielos y la tierra, y mi corazón dejas vacío! Pues vistes los lirios del campo, y guisas de comer a las avecillas y mantienes los gusanos, ¿por qué te olvidas de mí, pues a todos olvido por ti? ¡Tarde te conocí, bondad infinita! ¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva! ¡Triste del tiempo que no te amé! ¡Triste de mí, pues no te conocía! ¡Ciego de mí, que no te veía! ¡Estabas dentro de mí, y yo andaba a buscarte por de fuera! Pues aunque te hallé tarde, no permitas, Señor, por tu divina clemencia, que jamás te deje.


Y porque una de las cosas que más te agradan y más hieren tu corazón es tener ojos para saberte mirar, dame, Señor, esos ojos con que te mire; conviene saber: ojos de paloma sencillos; ojos castos y vergonzosos; ojos humildes y amorosos; ojos devotos y llorosos; ojos atentos y discretos, para entender la voluntad y cumplirla, para que, mirándote yo con estos ojos, sea de ti mirado con aquellos ojos con que miraste a San Pedro, cuando le hiciste llorar su pecado; con aquellos ojos con que miraste al Hijo Pródigo, cuando le saliste a recibir y le diste beso de paz; con aquellos ojos con que miraste al publicano, cuando él no osaba alzar los ojos al cielo; con aquellos ojos con que miraste a la Magdalena, cuando ella lavaba tus pies con las lágrimas de los suyos; finalmente, con aquellos ojos con que miraste a la Esposa en los cantares, cuando le dijiste: Hermosa eres, amiga mía; hermosa eres, tus ojos son de paloma, para que, agradándote de los ojos y hermosura de mi ánima, le des aquellos arreos de virtudes y gracias con que siempre te parezca hermosa.
¡Oh Altísima, Clementísima, Benignísima Trinidad, Padre, Hijo, Espíritu Santo, un solo Dios verdadero, enséñame, enderézame y ayúdame, Señor, en todo! ¡Oh Padre todopoderoso, por la grandeza de tu infinito poder, asienta y confirma mi memoria en ti e hínchela de santos y devotos pensamientos! ¡Oh Hijo Santísimo, por la eterna sabiduría tuya, clarifica mi entendimiento y adórnalo con el conocimiento de la suma verdad y de mi extremada vileza! ¡Oh Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, por tu incomprensible bondad, traspasa en mí toda tu voluntad y enciéndela con un tan grande fuego de amor, que ningunas aguas la puedan apagar!





¡Oh Trinidad Sagrada, único Dios mío, y todo mi bien! ¡Oh si pudiese yo alabarte y amarte como te alaban y aman todos los ángeles! ¡Oh si tuviese yo el amor de todas las criaturas, cuán de buena gana te lo daría y traspasaría en ti, aunque ni éste bastaría para amarte como tú mereces! Tú sólo te puedes dignamente amar y dignamente alabar, porque tú sólo comprendes tu incomprensible bondad, y así tú solo la puedes amar cuanto ella merece, de manera que en sólo ese divinísimo pecho se guarda justicia de amor.

¡Oh María, María, María, Virgen Santísima, Madre de Dios, Reina del cielo, Señora del mundo, Sagrario del Espíritu Santo, Lirio de pureza, Rosa de paciencia, Paraíso de deleites, Espejo de Castidad, Dechado de inocencia! Ruega por este pobre desterrado y peregrino, y parte con él de las sobras de tu abundantísima caridad. Oh vosotros, bienaventurados Santos y Santas, y vosotros, bienaventurados espíritus, que así ardéis en el amor de vuestro Criador, y señaladamente vosotros, Serafines, que abrasáis los cielos y la tierra con vuestro amor, no desamparéis este pobre miserable corazón, sino limpiadlo, como los labios de Isaías, de todos sus pecados, y abrasadlo con la llamada de ese vuestro ardentísimo amor, para que sólo a este Señor ame, a Él sólo busque, en El sólo repose y more en siglos de los siglos. Amen.>>



JESU DULCIS MEMORIA 
DANS VERA CORDIS GAUDIA: 
Sed super mel et omnia 
Eius dulcis praeséntia

venerdì 1 giugno 2012

***** Continuamente, anima bella, debes pedirle a Dios estas 7 cosas: Amor ardentisimo, Temor sumo, Honor debido, Celo constantisimo, Acciòn de gracias y alabanza, pronta y total Obediencia, y la degustaciòn -en lo posible- de la Suavidad divina, diciendo:


<<Buen Jesús, haced
+ que os ame desde lo más profundo de mi ser,
+ que os tema por encima de todo,
+ que os reverencie y que tenga fortísimo celo por tu honor, de tal manera que, ansioso de tu gloria, aborrezca vehementísimamente cualquier oprobio contra ti, y más si se hace por mí o en mí.

Dame, Señor,
+ que te adore a ti humildemente como criatura tuya y te reconozca,
+ y que por todos los beneficios que me has dado, te dé siempre gracias con toda gratitud de corazón.

Dame también
+ que en todas las cosas te bendiga siempre, te alabe y glorifique con sumo júbilo, danzando el corazón,
+ y que, conformándome y obedeciéndote en todo, me sacie siempre de tu dulcísima e inefable suavidad, como comensal de tu mesa, con tus santos ángeles y apóstoles, aunque totalmente indigno e ingrato. Tú, que con el Padre y el Espíritu Santo, etc.>> (S. Vicente Ferrer, Tratado de la vida espiritual).


DEUS MEUS ET OMNIA

sabato 14 aprile 2012

Para ser santos necesita ORAR mucho, orar siempre, transformar toda vida en oraciòn.


Bartolome Esteban Murillo 1670-75.jpg
Ser santos
Ayuda de Dios.
Es bueno tratar de ser santos. Pero con nuestra sola buena voluntad no alcanza, sino que necesitamos la ayuda de Dios, porque la obra de la santificación de un alma es obra más de Dios que del alma. Entonces tenemos que pedir esa ayuda a través de la oración y de la recepción de los sacramentos.
¿Qué santo no rezó, o rezó poco? Ninguno. Todos los santos han rezado mucho, y han hecho de su vida una vida de oración intensa, dando a la oración el primer lugar y el mayor tiempo.
Veamos qué lugar le damos nosotros a la oración, y comprobaremos que tal vez estemos lejos de alcanzar la santidad, porque no ponemos a la oración en el primer lugar.
Si San Alfonso María de Ligorio ha dicho que quien reza se salva y quien no reza se condena, nosotros también podemos decir, sin temor a equivocarnos, que quien reza mucho llegará a santo y quien no reza mucho jamás llegará a ser santo.
Dios tiene preparados tesoros de gracias y dones para nosotros, pero sólo nos los dará si se los pedimos en la oración. Es culpa nuestra si no queremos movernos, si no queremos rezar, y así perdemos el don del gran milagro de la santificación de nuestra alma, de hacernos santos, que es la obra más grande a la que un hombre puede aspirar. Porque vale más la santificación del alma, que todas las obras exteriores que ella realice, por muy grandes que sean éstas.
Así que recemos mucho. A partir de hoy comencemos a orar más, que orar, rezar, es tratar de amor con quien sabemos nos ama. La oración no es un monólogo o repetir palabras vacías, sino es hablar con Dios a quien amamos y sabemos nos ama.



LAUDETUR  JESUS  CHRISTUS!
LAUDETUR  CUM  MARIA!
SEMPER  LAUDENTUR!